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Familia Calvo, dueña de torre Marriott y ex socia de Costanera Norte, se rearma para crecer en negocio hotelero y de viviendas

Empresas FG se llama la compañía sucesora de Fe Grande. Tras la muerte del patriarca, Miguel Calvo, hace dos años, ahora son sus cuatro hijos quienes lideran la empresa, que hoy está enfocada en diversos proyectos de oficinas, comercio y hoteles a lo largo de Chile. “Hemos formado un consejo directivo, liderado por la familia”, dice la presidenta del grupo, María Luisa Calvo. Y para la plana ejecutiva han reclutado a ejecutivos de otras compañías, como un ex gerente de Cencosud.

Tres grandes construcciones estuvieron ligadas a la familia Calvo la década pasada a través de su ex firma Fe Grande. En 2000 estrenó el complejo de edificios Boulevard Kennedy-Marriott, recinto de oficinas y hotel que hoy controla, y que opera dicha cadena estadounidense. Ese mismo año, junto a la italiana Impregilo y la chilena Tecsa, se adjudicó las obras y operación de la autopista Costanera Norte, concesión que mantuvo hasta 2006, cuando la carretera fue adquirida por Autostrade. En 2004, en tanto, se inauguró la central hidroeléctrica Ralco, en el Biobío, donde participó de las obras.

Pero en 2008, la familia liderada por Miguel Calvo Aguirre -quien falleció hace dos años- decidió dedicarse solo al negocio inmobiliario, y vendió su área de obras civiles, Fe Grande, que fue adquirida por Tecsa, firma que en 2011 fue absorbida por SalfaCorp.

Desde fines de la década pasada fueron acotadas las noticias relacionadas a los negocios de este grupo, que hoy opera bajo el nombre de Empresas FG y que está en manos de los cuatro hijos de su extinto fundador: José Miguel, María Luisa, Daniel y Claudia.

Hoy la compañía está embarcada en nuevos planes de crecimiento y profesionalización. “Decidimos dejar el día a día y aportar desde una mirada más estratégica y a largo plazo. Hemos incorporado a nuestro equipo ejecutivos de gran capacidad, compromiso y experiencia en la industria. Asimismo, hemos formado un consejo directivo, liderado por la familia y apoyado por tres consejeros externos: Osvaldo Carvajal, Rodrigo Briceño y Álvaro Daneri”, cuenta María Luisa Calvo, presidenta del directorio.

Esta profesionalización de la que habla Calvo -que se traduce en proyectar a la compañía más allá del ámbito familiar- ha significado que los Calvo Puig contrataran, en marzo pasado, a Alfredo Loehnert Binder, quien asumió la gerencia general inmobiliaria de Empresas FG.

Loehnert (41 años, casado, cuatro hijos) trabajó entre 2011 y 2016 en Cencosud, primero como gerente de proyectos en Chile y luego como director de proyectos y obras en Brasil, ligados a temas inmobiliarios. Es hijo de Enrique Loehnert y sobrino de Ricardo Binder, ex socios de Tecsa.

El ingreso de este ejecutivo a la compañía coincidió con los 60 años que está cumpliendo el grupo y la reciente adquisición -en junio de 2017- de un edificio corporativo de 4.500 metros cuadrados en Huechuraba que pertenecía al banco Rabobank.

Junto a Loehnert llegaron también Francisco Castañeda -ex ejecutivo de Socovesa, quien asumió el área de construcción de proyectos propios de Empresas FG- e Isabel Palma, quien trabajó en la inmobiliaria Exxacon.

Expansión hotelera y sociedad con Territoria

Los hermanos Calvo Puig trabajaron silenciosamente en los últimos años. Se dedicaron al rubro inmobiliario residencial -donde cuentan con 35 proyectos con diversos estados de avance en Santiago y regiones- y al de rentas, que maneja activos por 4,5 millones de UF (unos US$ 181 millones) en oficinas, locales comerciales, bodegas y hoteles.

Dichas áreas representan el 80% de los ingresos del grupo y son las que busca potenciar la compañía con inversiones por más de seis millones de UF a 2020, sobre US$ 241 millones, destacando nuevas construcciones hoteleras en el sur del país. La firma también desarrolla y repara vías de circulación a través de Asfalcura.

Alfredo Loehnert conoció al fallecido Miguel Calvo cuando trabajó en Tecsa (2003-2011). Recuerda que el empresario comentaba que los departamentos que no vendía Fe Grande y pasaban a formar parte de la cartera de rentas eran una buena inversión para “los tiempos de vacas flacas”.

Hoy el área de rentas de Empresas FG cuenta, además, con 36 mil metros cuadrados de bodegas en Peñalolén, strip centers y las oficinas y hotel del Boulevard Kennedy-Marriott, que el grupo controla. Además, pondrá en arriendo algunos pisos de su nuevo edificio corporativo en Huechuraba.

La apuesta de la compañía a mediano plazo está en el desarrollo hotelero. Por ello, hace unas tres semanas, en Temuco -en avenida Alemania-, inició la construcción de un edificio de oficinas de 10 pisos y un hotel de cinco niveles -de cuatro estrellas- que será operado por la firma Best Western. La iniciativa, que también tendrá una placa comercial, contempla una inversión de US$ 30 millones.

Sus planes hoteleros siguen en Chillán, donde adquirió un terreno frente a la plaza principal de esa ciudad. Ahí levantarán una placa comercial, donde operará un supermercado -aún no definen la marca-, una torre de viviendas y otra para oficinas y hotel (tres estrellas), el cual prevén administrar directamente. En este caso, se trata de US$ 50 millones de inversión. “En el sur de Chile tenemos otras iniciativas en carpeta”, sostiene Loehnert.

Empresas FG también está asociada con la inmobiliaria Territoria, ligada a Ignacio Salazar y Francisco Rencoret, en un proyecto de tres edificios de oficinas y placa comercial en Santiago, por US$ 300 millones y que se construye en un paño rodeado por las calles Apoquindo, Encomenderos, Roger de Flor y El Bosque, y que estaría listo en 2019.

En esa obra, las firmas chilenas tienen el 20% -dividido en parte iguales-, mientras que el 80% restante pertenece a Abu Dhabi Investment Authority (ADIA), fondo de inversiones perteneciente al gobierno del emirato de Abu Dhabi.

El ejecutivo espera que una vez que salgan al mercado las oficinas de esa sociedad, en dos años, la vacancia del sector esté “normalizada” en niveles inferiores a los actuales, que bordean el 8%.

Bajón en La Serena por la merma en rubro minero

El área inmobiliaria de Empresas FG se desarrolla mediante la firma Viviendas 2000, factura cerca de dos millones de UF al año -unos US$ 80 millones- y hoy cuenta con un stock de terrenos de 350 hectáreas para futuros desarrollos. El 35% de sus proyectos están en Santiago y el 35% en regiones. En la capital están presentes en comunas como Providencia, Ñuñoa, San Miguel, La Florida y Puente Alto, con unidades que van desde las 1.800 a las 4.500 UF.

En regiones, en tanto, Loehnert destaca la actividad que tienen en La Serena, en primera vivienda, con precios de entre 3.500 y 6.500 UF. Si bien el ejecutivo afirma que las personas de esa ciudad siguen demandando viviendas, admite que las ventas se han desacelerado en los últimos dos años, por el menor ritmo de la industria minera. “Ha habido promesas de compra que al momento de la escrituración se cayeron”, sostiene.

Pese a ello, mantienen los planes a mediano y corto plazo que planean para tres terrenos que poseen en La Serena y Coquimbo.

Loehnert afirma que la exigencia por parte de los bancos de un pie de 20% para otorgar créditos hipotecarios ha afectado la demanda por viviendas, pero indica que las bajas tasas de interés son un aliciente para este rubro.

Tener una presencia en la bolsa no es un tema que hoy analice el grupo, pero Loehnert tampoco lo descarta. El ingreso a otro país no está en el horizonte de la firma, al menos hasta 2020, cuando espera estar más consolidada en materia inmobiliaria y de rentas.

Fuente: El Mercurio

 

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