fbpx

Cierre de fronteras: medida de contención

El coronavirus ha sacudido al mundo, con más de 2,5 millones de muertes y más de 115 millones de casos confirmados. Ningún país en la actualidad puede afirmar haberlo hecho todo bien y Chile no es una excepción.

Al exitoso plan de vacunación se suman las peores cifras registradas desde el inicio de la pandemia, llegando a contabilizar más de 8.100  nuevos casos el 2 de abril de este año, la cifra más alta de contagios desde que llegó la pandemia al país.

¿Qué ha fallado para el control del Covid-19 y los actuales rebrotes? No hay una sola respuesta. Sin duda alguna, después de que las medidas de confinamiento se redujeron y se entregaron permisos de vacaciones, y un mayor desplazamiento de las personas entre las comunas y las regiones, el país comenzó un aumento sostenido de contagios. “El aumento de casos tiene que ver principalmente con el relajamiento de las normas de autocuidado durante el verano, lo que ha sucedido también en otros países”, señaló el Ministerio de Salud del Reino Unido a BBC Mundo el mes pasado con respecto al aumento de contagios en Chile.

Ante este panorama, el gobierno optó por cerrar las fronteras, desde el 5 de abril y hasta el 1 de mayo, que incluye la prohibición de ingreso a los extranjeros no residentes y la imposibilidad de salir para los chilenos y extranjeros con residencia. El tránsito internacional sólo se permitirá por motivos urgentes, de tratamientos médicos y de carácter humanitario.

Hay quienes piensan que el cierre de fronteras debería haberse decretado desde hace tiempo. “Lo estábamos pidiendo desde hace meses, es una medida un poco tardía, pero la agradecemos. Nuestra vigilancia de los pacientes que vienen del extranjero es muy débil”, dijo el secretario general del Colegio Médico, José Miguel Bernucci.

Chile ya había aplicado un cierre de fronteras terrestres, marítimas y aéreas para el tránsito de personas extranjeras de marzo a noviembre del año pasado, sin afectar la entrada y salida de carga, con el fin de garantizar el normal abastecimiento de bienes y servicios al país. En ese entonces, se informó que los chilenos y los residentes permanentes, que provenían de lugares de alto riesgo, podían ingresar sometiéndose a la Aduana Sanitaria y a una cuarentena obligatoria de 14 días. Hoy, deben permanecer en un hotel de tránsito durante cinco días para después seguir con la cuarentena en sus casas. El costo de la estadía en los hoteles de tránsito la tienen que pagar los chilenos y extranjeros residentes en Chile.

El recrudecimiento de las medidas ha sido bien recibido por las autoridades y la población, sin embargo, no ha estado exento de críticas de quienes ingresan vía aeropuerto, debido a los inconvenientes tanto en la disponibilidad de camas en los hoteles de tránsito como en los trámites de ingreso y asignaciones de hotel.

Nueva Zelanda y Australia son un ejemplo a seguir con respecto al cierre de fronteras y exigencias de ingreso y movilidad dentro del país. Además, son reconocidos a nivel mundial por su gran manejo de la crisis sanitaria.

Nueva Zelanda aún no comienza su proceso de inoculación contra el virus. Las autoridades neozelandesas sólo han aprobado la vacuna de Pfizer y están revisando otras dos opciones para vacunar a su población. Jacinta Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, le dijo a la prensa local que la mayoría de las dosis llegarán al país durante el segundo semestre de este año, y recién ahí comenzará el proceso de inoculación en la isla, mientras tanto las fronteras seguirán cerradas. Los neozelandeses sólo podrán viajar a las ciudades de Queensland, Nueva Gales del Sur y el Territorio del norte de Australia, sin la exigencia de cumplir con cuarentena.

Por último, las medidas son drásticas y dolorosas. El cierre de fronteras y las restricciones impuestas a la movilidad de las personas conlleva un deterioro de la economía en todos los ámbitos, incluido el sector hotelería y turismo, pero son necesarias para detener el avance del Covid-19 antes de lograr la vacunación de más del 80% de la población.

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, su sigla en inglés) junto con miembros de su organización, gobiernos, expertos en salud y otras asociaciones de la industria,  están trabajando juntos para lograr protocolos de recuperación efectivos mediante el desarrollo de planes de acción significativos que optimicen los esfuerzos de recuperación en todo el sector. Parte de estos protocolos incluye proporcionar a los sectores público y privado información y herramientas para la implementación de medidas que garanticen la seguridad de las personas una vez que las fronteras del país se vuelvan a abrir.

Las proyecciones para el sector turismo este año serán menores a lo pensado hace unos meses y semanas. Hernán Passalacqua, director ejecutivo de Fitzroy, señaló que “en el segundo semestre veremos movilidad del mercado doméstico y del mercado receptivo con muchas restricciones de acceso, sobre todo para los países donde ha habido un pésimo manejo de la pandemia como Argentina, Perú y Brasil que, lamentablemente, son nuestros principales clientes. Además, el turismo emisivo, es decir las salidas de chilenos al extranjero, se mantendrá con restricciones tanto para entrar y salir del país y, probablemente, también para a qué países se podrá viajar. En definitiva, viene un 2021 incierto, volátil y, seguramente, con pérdidas de empleos, quiebras de empresas y cierres de negocios. Una verdadera tragedia para el sector que en el 2019 generó, según la WTTC, un 10,5% del PIB del país”.

You don't have permission to register
Abrir chat
¿Necesitas ayuda?
Hola, en qué podemos ayudarte?